viernes, 17 de enero de 2014

La Luz de Mafasca

La Luz de Mafasca

 
 
La tradición oral de la isla de Fuerteventura, nos narra de una antigua historia isleña que en tierras majoreras ocurrió, caminaban unos pastores rumbo a casa tras un largo díaapacentando el ganado los dos hombres hambrientos y fatigados decidieron hacer un alto en el camino para encender un fuego y asar así el carnero que acababan de matar.
 
 
Pasaron horas y horas juntando algo de leña y justo al borde de un camino escondido tras unas aulagas encontraron una pequeña cruz de madera.
Entonces era ya costumbre en Fuerteventura colocar una cruz en el lugar de fallecimiento de una persona, pero a quién podía pertenecer aquella cruz y que recuerdos encerraba poco pareció importarles a los hambrientos pastores que sólo vieron en ella dos simples trozos de madera cruzados ideales para alimentar el fuego que les calentaría esa noche y sin pensarlo más dispuestos a seguir con su trato.
Lentamente las llamas consumieron aquella cruz de madera desgastada y dicen que ante la mirada llena de espanto de los pastores surgió una extraña luz entre las cenizas que inquieta saltaba de un lado a otro. Los pastores corrieron y corrieron dejando atrás ese objeto luminoso que no era sino el alma que albergaba esa cruz, el alma molesta e indignada del difunto que en forma de luz quiso asustar a esos pastores imprudentes que osaron perturbar su paz y quemar el único recuerdo que le unía este mundo.
 
Luz de Mafasca ( el alma en pena) no iba a desaprovechar la ocasión para lograr que al menos se rezara una misa de difuntos, por el. Y así nació la LUZ de MAFASCA, cuando una noche surgió de las cenizas, en el que los dos asustados pastores se les ocurrió quemar la cruz para encender un fuego. Corrieron los dos hombres llenos de pánico, pero la extraña luz les seguía, ya aceleraran o disminuyeran su alocada carrera, hasta que tras una loma desapareció de la vista de los aterrados cabreros, pero al anochecer del día siguiente, el “alma errante”, que hasta la noche anterior “vivía en la cruz a la vera del camino, comenzó a seguir a cuantas personas osarán pasar por el lugar, persecución que se prolongaba siempre durante un buen trecho del solitario camino.
Desde entonces son muchos los que cuentan haber visto esa luz, la luz Mafasca, esa luz que acompaña al viajero por los senderos solitarios de la isla de Fuerteventura.
 
 

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